Desde lo más profundo del universo DC, Absolute Batman #13 trajo a Catwoman por primera vez en la línea de lujo Absolute, y no sin controversia. Lo que debería haber sido una celebración para los coleccionistas y fans del icónico personaje se vio opacado por comentarios sobre el color de su piel en la portada variante. Varios seguidores observaron que la tonalidad presentada difiere de lo habitual, generando preguntas sobre si se trata de una licencia artística, un error de iluminación o una interpretación intencional del artista.
La discusión no tardó en hacerse eco en plataformas como Reddit, donde usuarios apuntaron que se trató de un descuido evidente por parte del colorista. Otros comentarios sugirieron que la variación pudo deberse a la iluminación o a decisiones estilísticas, aunque no faltaron quienes lo interpretaron como un desliz o falta de consistencia en el diseño del personaje. Este tipo de reacciones demuestra lo minuciosamente que la comunidad sigue cada detalle de personajes como Selina Kyle.
Lo concreto es que, en series como la línea Absolute, los artistas tienen mayor libertad creativa para explorar variantes y estilos únicos. Sin embargo, esa libertad también conlleva el riesgo de generarle incomodidad a quienes esperan fidelidad al canon visual establecido. Aunque hasta ahora no hubo aclaraciones por parte de Scott Snyder, el equipo editorial o DC, esta coyuntura resalta los resquemores que despierta cada reinterpretación de personajes icónicos.
Por último, esta polémica pone en evidencia que los fans ya no consumen pasivamente: analizan color, luz, estilo y fidelidad. En un mercado saturado y visualmente exigente como el del cómic moderno, cada línea y elección cromática se vuelve objeto de escrutinio. Más allá de que sea un detalle que muchos consideren menor, refleja el compromiso profundo de la comunidad con los personajes y sus representaciones, y abre una discusión sana (y no tanto) sobre arte, canon y expectativas del fandom.