Rod Fergusson, figura emblemática del desarrollo de videojuegos, anunció su partida del universo Blizzard/Microsoft tras cinco años conduciendo la saga Diablo. Desde su llegada en 2020, se convirtió en el guardián de Sanctuario, liderando el renacimiento de la franquicia con lanzamientos que sacudieron el género ARPG.
Como un veterano director de cine épico en su clímax, Fergusson comandó cuatro estrenos de alto impacto: Diablo II: Resurrected, Diablo Immortal, Diablo IV y la expansión Vessel of Hatred. Cada uno aportó su dosis de oscuridad, innovación y revigoración mitológica a un mundo que necesitaba volver a brillar.
Su comunicado, publicado en su cuenta de Bluesky/X, fue contundente y poético: “Cinco años impulsando la franquicia… es hora de apartarme de Blizzard/Microsoft, espada en mano, y ver qué viene después”. Su orgullo por lo construido y su deseo de explorar nuevos horizontes generaron especulaciones, entre ellas un posible regreso al universo BioShock 4, una saga en desarrollo problemático que bien podría necesitar su toque de “cierre épico”.
El CEO de Microsoft Gaming, Phil Spencer, y otros líderes elogiaron su impacto, destacando que dejó la saga en marcha hacia un futuro prometedor. Sus huellas permanecerán en cada temporada, contenido y expansión futura, mientras la comunidad — como en todo buen universo carcomido por el cambio — debate quién tomará el manto del episodio que viene.